El Nuevo Templo
La población aumentaba y aunque “Dios está en todas partes”, el templo ya resultaba pequeño. Este fue uno de los argumentos que esgrimió el padre Quiroga para gestionar ante el Arzobispado de Córdoba la autorización para edificar otro más grande; también el hecho de que la actual iglesia estaba muy próxima y apenas a tres metros del canal de riego, lo que significaba un verdadero peligro para los niños de la comunidad.
La piedra basal fue colocada en 1947 en el predio donado por la Señora Inés Soria Vázquez, al lado de la escuela 25 de Mayo. En ese acto la niña Josefa Dell´Inoccenti dijo un verso del cual solo recuerda una estrofa:
Oh Virgen de mis sueños
María Inmaculada
mirad a vuestros hijos
de hinojos en tu altar
teniendo por testigos
la bóveda azulada
un himno de alabanza
queremos entonar