Historia del amor de un hijo hacia una madre: Luis y Maria Nilda



16/10/2016| 

Hoy se celebra en Argentina el Día de la Madre, una fecha donde se resalta el amor y dedicación de las madres hacia sus hijos, pero esta historia da vuelta a la esquina y cuenta la historia del amor incondicional de un hijo hacia una madre……a la búsqueda de ella.

Luis Alberto Moreno de 48 años, quien vive hoy en la zona rural de Monte Cristo pero es oriundo de Hernandarias (Entre rios), nos relata su historia de amor,  nobleza y perseverancia, todo con el fin de encontrar y poder abrazar a su mamá después de 42 años sin verla.

Luis nació en esta ciudad entreriana cuando María Nilda tenía 17 años, desde el comienzo de esta historia Luis no fue reconocido por su padre y poco tiempo después del nacimiento Nilda tuvo conflictos con sus padres y tomó la decisión radical de irse a la Provincia de Buenos Aires, dejando al pequeño Luis con sus abuelos maternos.

Cuando Luis tenía 6 años de edad María Nilda regresó a Hernandarias, pero no llegó sola, llegó con tres hijos más chiquitos, estuvo casi un mes pero con los días volvieron a surgir diferencias con sus padres y ella tomó la decisión de irse de nuevo sin dar explicación. De los momentos que más recuerda Luis es cuando acompañó a su mamá y a sus hermanitos a la parada de colectivo…es ese el último recuerdo que él tiene de ella.

Pasaron los años y Luis se vino a vivir a Monte Cristo con su abuelo y sus tíos, comenzaron su nueva vida en un cortadero de ladrillos en El Carmen, donde trabajo y cuidó a su abuelo hasta sus últimos días. Después de esta dura perdida de quien había sido como su padre, Luis tomó fuerzas, empezó de nuevo y decidió formar su propia familia con Norma del Valle Rodríguez con quien tuvo un hijo y asumió como padre de los dos hijos anteriores de ella.

Sin embargo el destino volvió a probar la fortaleza de Luis, su esposa Norma sufrió un ACV y falleció a los 49 años, quedando solo con sus tres hijos.

Esta pérdida hizo renacer en Luis la necesidad de encontrar sus raíces…volvió a su pueblo natal y pudo hacer contacto con su familia paterna. Su padre ya había muerto pero la esposa de este le dio la posibilidad de que sus hermanos paternos conocieran de su existencia.

Luis descubre que durante su infancia, y al ser un pueblo chico, conoció y compartió juegos con sus hermanos paternos (sin saber que eran sus hermanos), de hecho él le enseñó a caminar a su hermanita menor, al ser casi vecinos.
El destino vuelve a golpear a Luis, ya que ante la muerte de la esposa de su padre, la relación con sus hermanos paternos se desvanece y ellos toman distancia y deciden rechazarlo.

A partir de ahí, Luis comienza la búsqueda de su madre y el primer paso que dio es pedir ayuda en la Oficina de Acción Social de Monte Cristo (2010), a cargo de Mariana Vaca que le ayudó en la gestión con la Oficina de Derechos Humanos de Tribunales I, donde se abrió un expediente para la búsqueda de María Nélida.

Habían pistas…pero nada concreto para ubicarla. Un día Luis tomó le decisión de hacerse una cuenta en Facebook para buscar pistas y personas que pudieran ayudarle a encontrar su madre. Encontrando así a un amigo de la infancia que vivía en Buenos Aires. Este le da una pista clave: Su amigo tenía un tío que conocía a varias personas oriundas de Hernandarias, una de ellas era alguien que coincidía con la descripción de Nélida. Por medio de ellos, Luis, le envía su número de celular a esta persona, con la esperanza de que fuera su madre.

Una lluviosa tarde de abril en medio del campo, le llega a Luis un mensaje de texto al celular: “Hola..hola todo bien?” “vos sos Quita?”, él sorprendido de que lo llamaran por su apodo de pequeño y responde al mensaje preguntando "¿quién sos?".
Su corazón latía muy fuerte mientras esperaba que llegara la contestación con la esperanza de que la búsqueda de tantos años llegara a su fin.

Suena el celular con más fuerzas que nunca, sus manos temblorosas y sus ojos llenos de lágrimas logran leer el mensaje que decía: “soy chichita...tu madre”.

A partir de ahí no perdieron contacto y hubo largas charlas por teléfono durante semanas. Pero eso ya no era suficiente, necesitaban verse, abrazarse, charlar cara a cara, preguntarse cosas y responderse tantas otras. Aunque a Luis no le importaba el pasado, solo quería recuperar a su madre y disfrutarla de ahí en adelante.

Luis programó viajar de sorpresa el 1 de Mayo de este año. Desde Acción Social se le gestionó los pasajes, logrando que la Dirección de Transporte Provincial le donara los pasajes ida y vuelta. El Municipio le brindó un subsidio para los gastos en Buenos Aires, ya que Luis no contaba con recursos. Actualmente se dedica al cuidado de un campo sin retribución y sus ingresos dependen exclusivamente de trabajos provisionales (peón en cortadero de ladrillos, tareas rurales varias, etc.).

En medio de las alegrías por el viaje para ese ansiado reencuentro, el 26 de abril a la 1:30 am Luis recibe una llamada: Su mamá había fallecido…

Ambos habían perdido la posibilidad de aquel abrazo  tan deseado y de aquel reencuentro, sus manos habían quedado con aquella necesidad de entrelazarse, pero sin embargo Luis viajó para encontrarse con sus hermanos y sobrinos, que antes de este contacto no sabían de su existencia, ellos decidieron abrir las puertas de su casa y de sus corazones como parte de su familia.

Esta es una historia de perseverancia, de lucha, de no rendirse ni bajar los brazos, una historia de amor incondicional de un hijo hacia una madre, ese vínculo indestructible e inexplicable… AMOR en todo el sentido de la palabra.



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